La llave maestra



Para conseguir algo en la vida hace falta técnica, metodología, conocer los pasos que hay que dar para llegar a tu objetivo, a tu meta. Pero también hace falta algo más. Algo esencial. Algo verdaderamente imprescindible.

Ese algo de más te permitirá estar por encima de las circunstancias, y es lo que marcará la diferencia entre:

  • que sigas enfermo indefinidamente o que te cures para siempre.
  • que nunca tengas dinero o que empieces a generar ingresos.
  • que te instales en el resentimiento o que consigas perdonar a los demás.
  • que te encuentres rodeado de problemas o que nades en un mar de oportunidades.
  • que nunca ligues o que lo hagas con facilidad y soltura.
  • que se te repitan una y otra vez experiencias dolorosas o que aprendas de lo vivido y salgas del bucle.
  • que vivas una situación de forma dramática o que seas capaz de tomártela con humor.
  • que sigas anclado a una relación tóxica o que abras tu mente y tu corazón a nuevas y mejores posibilidades.
  • que te dejes condicionar por el miedo y te repliegues sobre ti mismo o que te lances hacia delante con fe y confianza.
  • que seas un profesional mediocre o que destaques en tu trabajo.
  • que la gente huya de ti o que atraigas a las personas como un imán.
  • que tus hijos sean desconsiderados contigo o que te traten con el respeto que mereces.
  • que te quedes estancado en una vida gris y plana o que evoluciones, prosperes y amplíes tus horizontes.
Como digo, ese mecanismo que marca la diferencia entre unas y otras opciones,
esa herramienta que te permite acercarte más y más al éxito, hasta alcanzarlo;
esa llave maestra que puede abrirte las puertas de la felicidad...

...no es otra que la ACTITUD.

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