Asertividad

Recorrer la vida por la cuerda floja, yendo por el medio, es una tarea que requiere de voluntad, autoestima y pericia, ya que sin ellas resulta muy fácil caer en la agresividad o en la pasividad. A este respecto, la asertividad sería la virtud que nos permitiría hacer valer nuestros derechos sin agredir ni ser agredido, sin someternos a la voluntad ajena y sin someter a nadie a la nuestra. Sería el punto de fuerza y equilibrio (madurez) que se aleja de la dualidad conformada por la pasividad y la agresividad (ambas, expresiones de debilidad).

Ejemplo 1) Una persona se sienta en una terraza para tomar un refresco. Pide un zumo de piña. Pero el camarero, por error, le lleva una infusión de poleo. Veamos cómo reaccionarían tres tipos distintos de individuo.

- Pasivo: Se toma la infusión a disgusto y sin decirle nada al camarero.
- Agresivo: Arma un escándalo y le dice al camarero que jamás volverá a ese local.
- Asertivo: Le pide educadamente al camarero que le traiga la bebida que le pidió.

Ejemplo 2) Una persona invita a un amigo a una gran fiesta de cumpleaños que va a celebrar un sábado por la noche en un chalé fuera de la ciudad. Pero el amigo tiene que levantarse muy temprano el domingo, pues trabaja como conductor de metro (un trabajo de gran responsabilidad). Veamos a continuación cómo reaccionan dos tipos distintos de personas.

- Pasiva: Bueno... la verdad es que... iré a tu fiesta. (Teme perder la amistad con su amigo si no acude al evento).
- Asertiva: Te agradezco de corazón la invitación pero trabajo el domingo a primera hora. Nos vemos otro día y ya tomamos una copa juntos. (Confía en la amistad que le une a la otra persona).

Ejemplo 3) Un adolescente que ha sacado malas notas en la última evaluación le insiste a su madre para que le compre la consola de moda en su próximo cumpleaños. Veamos distintas reacciones según el carácter de cada individuo:

- Pasiva: Bien, vale, de acuerdo. No insistas más, que me duele la cabeza. Te compraré la consola. (Teme decirle no a su hijo por las consecuencias que esto podría acarrearle).
- Agresiva: ¡Como vuelvas a pedirme la consola te cruzo la cara de un bofetón! ¡Y como no estudies más, te meto en un internado! ¡Y ya verás allí lo que vale un peine! (La violencia y las amenazas son armas poco efectivas para lograr que los demás hagan lo que deseamos. Además, comportan un alto precio, como las desavenencias o el resentimiento).
- Asertiva: He estado viendo esa consola que quieres en los grandes almacenes y me parece espectacular. Los juegos tienen un realismo impresionante. Estoy dispuesta a comprártela si en la próxima evaluación recuperas las asignaturas que tienes pendientes y si sacas buenas notas en lo sucesivo. (Esta madre estimula hábilmente a su hijo compartiendo el entusiasmo de éste. Y en vez de hacerle un reproche o amenazarle, le lanza un amable reto).

Ejemplo 4) Un atracador sorprende a un transeúnte en una callejuela. Acto seguido, le apunta con una pistola y le pide la cartera.

- Pasivo: Se queda paralizado, víctima del pánico.
- Agresivo: Le dice al atracador que no le dará la cartera y que se atreva a dispararle si tiene valor. (Evidentemente, corriendo un alto riesgo de perder su vida).
- Asertivo: Le entrega la cartera sin rechistar y sin ofrecer resistencia. (Ser asertivo implica velar por los propios derechos y por la propia integridad, sin que ello suponga arriesgar innecesariamente la vida).

Una persona se comporta pasivamente cuando, por ejemplo:

- teme pedir explicaciones a otra en el decurso de una conversación, so pretexto de que nunca debe interrumpirse a quien está en uso de la palabra.
- nunca dice No.
- no se expresa ni da a conocer su opinión por miedo a perder (algo/alguien) o a que se le haga daño.
- siempre procura adaptarse a los demás, aunque los demás desarrollen actitudes o comportamientos con los que no comulga.

Sin embargo, una persona se comporta asertivamente cuando, por ejemplo:

- interrumpe suavemente a su interlocutora para hacerle una observación importante.
- sabe decir No cuando corresponde (cuando no ve oportuno hacer lo que se le pide, cuando no le es factible hacerlo o cuando ello pueda suponer una merma o una pérdida de su integridad) sin sentirse culpable ni egoísta.
- expresa su opinión abiertamente sin temor a perder, a que se le haga daño ni a ser juzgada.
- trata de empatizar con las personas, pero nunca haciéndose partícipe o cómplice de quienes desarrollan actitudes contra la integridad, el bienestar o los derechos de los demás.

Finalmente, comportándonos de forma asertiva:

- evitamos llevar a cabo actitudes agresivas o pasivas (ambas expresan debilidad),
- potenciamos notablemente nuestra autoestima,
- contribuimos a optimizar nuestras relaciones, la comunicación con los demás y a alcanzar las metas que dependen de ésta;
- incrementamos la confianza en nosotros mismos y la que nos dispensa la gente,
- mejoramos nuestro autoconcepto,
- expresamos respeto hacia nosotros mismos y propiciamos que nos lo tengan los demás,
- experimentamos una gratificante sensación de bienestar emocional.
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